La caída global de varios servicios de internet, que afectó a gran parte del tráfico mundial, encendió las alarmas sobre la robustez de la arquitectura de la red global. José Olano Melo, del Instituto Argentino de IA, señaló que el evento evidenció una vulnerabilidad sistémica que se agrava por el creciente uso de la Inteligencia Artificial.
Según Olano Melo, la IA y la cantidad masiva de datos que hoy circulan están «estresando bastante la estructura» actual. El problema radica en que los servicios y el tráfico global están aglutinados en muy pocos proveedores —no más de diez en cada nodo crítico—, lo que provoca que el fallo de una sola empresa pueda colapsar el 20% o 25% del tráfico mundial, dejando a gobiernos y empresas expuestos a pérdidas económicas y estratégicas.
El experto advirtió que la inteligencia artificial potenciará este problema, ya que generará un tráfico creciente de forma exponencial. Esto hace que los apagones cibernéticos, o interrupciones masivas, sean cada vez más comunes. Este panorama crítico exige medidas urgentes a nivel global y local:
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Arquitectura Robusta: Es imperativo desarrollar una arquitectura de red más resistente y menos centralizada.
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Soberanía Digital: Las grandes potencias están visualizando esto como una «guerra política», asegurando toda la cadena—desde los chips hasta las redes— y obligando a que los data centers se ubiquen dentro de sus fronteras (como ocurre en China y Europa) para evitar la dependencia externa que puede llevar a un «switch off» o restricción de uso en regiones más distantes, como la nuestra.
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Planes de Contingencia: Es crucial que personas, empresas y gobiernos municipales tengan planes de contingencia ante fallos externos, dado que la interdependencia actual de la red significa que los problemas en un servidor lejano pueden dejar sin servicio a una región.
Olano Melo recordó que incidentes más graves han ocurrido antes, como el famoso fallo de seguridad de Microsoft que, por una mala actualización de software, bloqueó sistemas operativos a nivel mundial y paralizó aeropuertos y servicios marítimos. El incidente reciente, independientemente de si fue un fallo técnico o un ataque cibernético, confirma que la fragilidad de la infraestructura y la interdependencia son los principales desafíos actuales.

